Unapersecución, que en el caso de las magistradas que āse atrevieron a juzgar a hombres siendo mujeresā, pone su vida en peligro. Cuatro de estas juezas forzadas a abandonar su tierra han ofrecido su testimonio en las jornadas āAfganistĆ”n, la guerra silenciosa contra mujeres y niƱasā, organizadas por el Colegio de AbogacĆa de Las